La temporada invernal comenzó y con ella los días de nieve que a muchos les gusta disfrutar a modo de panorama o a través de la práctica de deportes blancos.
Visitar los centros de esquí en automóvil requiere ciertas precauciones que los conductores deben tomar para evitar problemas o accidentes debido a las condiciones del terreno. Alejandro Jeame, gerente técnico de Chrysler Chile, entrega útiles consejos para conducir en la nieve:
1. Revisión previa: al igual que cada vez que se emprende un viaje, es necesario revisar los niveles de agua y aceite, la presión de los neumáticos, funcionamiento de luces, buen estado de las cadenas para la nieve, entre otros.
2. Cuando se conduce en nieve, lo ideal es hacerlo manteniendo la tracción en las cuatro ruedas, a una velocidad baja y constante, y evitando que las ruedas patinen, ya que así se pierde la tracción. Si esto ocurriera, se debe girar el manubrio hacia un lado y al otro rápidamente pero con suavidad. Esto ayuda a que las ruedas tomen contacto con terreno fresco y recuperen la tracción.
3. Si el vehículo no cuenta con un sistema de control de tracción, se recomienda partir en 2° velocidad para evitar que las ruedas resbalen.
4. Si el motor del vehículo usa diésel como combustible, se debe usar un aditivo para evitar el congelamiento.
5. Revisar que las plumillas del limpiaparabrisas estén en buen estado y que el depósito de líquido del limpiaparabrisas esté lleno y con el aditivo recomendado por el fabricante. Esto evitará que el vidrio se congele por fuera y le permitirá al conductor tener una buena visibilidad. Además, se sugiere leer previamente y conocer el correcto uso del sistema de calefacción y ventilación del vehículo, para el óptimo desempañado del parabrisas.
6. Incrementar la distancia de seguridad con respecto a otros vehículos en circulación.
7. Evitar el uso brusco de los frenos en zonas con hielo para evadir el bloqueo de las ruedas y posterior deslizamiento involuntario del vehículo. Lo aconsejable es mantener una velocidad prudente y acorde con las condiciones del camino, conduciendo el vehículo “enganchado” en una marcha que permite el control del automóvil.