Un auto de película para una experiencia de uso que también bordea lo cinematográfico. Vivir el ocaso del verano durante una semana en los mandos del nuevo Ford Mustang Convertible redondea un repaso soberbio a los más de 51 años de un modelo que ocupa un lugar en lo alto no sólo en el almanaque de su marca, sino que también posee credenciales que lo asocian como protagonista de la historia del automóvil en general.
No vamos acelerando un 5.0 litros V8 más, no vamos siendo despeinados por un descapotable más, ni comiendo carreteras, curvas y caminos en una máquina cualquiera. Lo hacemos en el Mustang que, de paso, convierte a Chile en el primer país de Sudamérica en poder ver pasar por sus arterias transitables al imperecedero pony car.
Hablamos de una producción ininterrumpida, de casi 9 millones de unidades comercializadas alrededor del mundo y presencia en cerca de 500 películas, cifras y registros que convierten a este convertible en todo un ícono.
La experiencia por autopista acaso constituye el mejor escenario para sentir el brío de su motor desbordante. Son 435 caballos de fuerza empujando desde su tracción trasera y que no aconsejaría soltar del todo a conductores novatos. Los cambios se pueden gestionar desde palanquitas instaladas detrás de los rayos del volante multifunción. O confiar que el automatismo vaya engranando las seis relaciones de la caja. La respuesta del propulsor también puede modificarse seleccionando alguno de los cuatro modos posibles: Normal, Deportivo, Pista y Piso Mojado.
Un impacto
Exploramos en todos los mapeos y de regreso fuimos sintiendo las variaciones lógicas siempre dentro de un marco de godzillismo desatado. El motor sigue siendo el gran baluarte y gracias de esta máquina de 4,78 metros y que nos puede llevar hasta los 250 km/hora y acelerar de 0 a 100 km/hora en 4,6 segundos.
Uno de sus puntos distintivos es su techo de lona rígido, que incorpora cinco arcos para evitar la flacidez por acumulaciones en la parte superior del auto. Hay que soltar una manivela manualmente para luego accionar el mecanismo de apertura desde un botón.
A su paso, el auto atrapa y encandila al transeúnte, al que va en otros vehículos. Fue, es y seguirá siendo un impacto, un suceso. A despecho de las observaciones que podemos y estamos en condiciones de facturarle. Por ejemplo, en la base de la columna central hay una palanquitas muy a la usanza de los primeros días. Perfecto, claro, pero el barniz y la calidad del plástico empleados en esta zona, mejorable. La suspensión es algo blanda lo que le resta pericia en tramos de zigzag cerrados para llevarlo con tacto de manejo deportivo y dirección más precisa.
Otro aspecto que no nos dejó conforme fue su color tan gris y la lona oscura de la capota. Me parece un retroceso: los Muscle Car no le tienen miedo a los amarillos, naranjas, morados, bitonos, rojos… Para autos de este color, ya estamos.
Nos hubiese gustado, también, una visibilidad lateral mejor lograda para los propósitos de quienes conducen, aunque los sensores, alertas y detectores de punto ciego se reconocen como apoyo.
Finalmente, el espacio para las piernas en las butacas traseras complicará a personas de talla alta, de 1.80 y más.
Largo catálogo
Su equipamiento considera un extenso etcétera, dentro del que nos parece oportuno destacar el sistema de control de tracción, asistencia de partida en pendiente y el Advance Trac con Roll Stability Control, que ayuda a mantener la estabilidad en situaciones de conducción adversas o al realizar maniobras evasivas en el pavimento resbaladizo.
A esto se suma el sistema MyKey, que al momento de ceder la conducción a otra persona, permite la programación de la segunda llave. Esta innovación brinda la posibilidad de limitar la velocidad máxima de circulación, insistir en el uso del cinturón de seguridad a través de un sonido persistente de alerta, establecer un aviso de bajo combustible con mayor anticipación y establecer parámetros para el volumen de la radio, entre otras funciones.
Posee alerta de colisión con asistente de frenado; estado de alerta de conducción; y sistema BLIS con alerta de tráfico cruzado, que detecta y alerta la presencia de elementos imperceptibles fuera del ángulo de visibilidad del conductor. Además añade control crucero adaptativo, que utilizando sensores, reconoce cuando el tráfico se hace más lento y reduce la velocidad; cuando el tránsito vuelve a la normalidad, retoma la velocidad establecida.
Para facilitar la conectividad, cuenta con el Sistema Sync con MyFord Touch, que hace posible manipular dispositivos por medio de comandos de voz o utilizando su pantalla táctil de 8” ubicada en el panel central. Esta tecnología ademaás incluye Sistema de Navegación, también comandado por voz.
El coche se vende desde enero con un precio referencial de US$ 52.900.