Por lejos, Florida sigue siendo el lugar más peligroso para caminar en todo Estados Unidos debido a la imprudencia de los conductores. Al menos así lo estableció el informe Dangerous By Design 2021.
El documento determinó que el estado del sol tiene los automovilistas más irresponsables del país para los caminantes, después de Alabama, Nuevo México, Mississippi y Delaware.
Por el contrario, los más seguros fueron Vermont, Alaska, Iowa, Massachusetts y el Distrito de Columbia, según el estudio elaborado por Smart Growth America.
En el desglose por ciudades, nuevamente Florida lleva la delantera, con el conurbano Orlando-Kissimmee-Sanford, al que siguieron Bakersfield (California) y el área metropolitana de Memphis, que engloba los estados de Tennessee, Arkansas y Mississippi.
Nueve de las 13 áreas más peligrosas para los peatones fueron de Florida: Palm Bay-Melbourne-Titusville, (4°); Deltona-Daytona Beach-Ormond Beach (5°); North Port-Sarasota-Bradenton (6°); Tampa-St. Petersburg-Clearwater (8°); Lakeland-Winter Haven (9°); Jacksonville (10°); Cape Coral-Fort Myers (11°) y Miami-Fort Lauderdale-Pompano Beach (13°).
En el extremo opuesto del ránking aparecieron el conurbano Youngstown-Warren-Boardman (Ohio y Pensilvania), Spokane-Spokane Valley (Washington), Provo-Orem (Utah), Madison (Wisconsin) y Poughkeepsie-Newburgh-Middletown (Nueva York).
Según alertó el informe, la cantidad de personas atropelladas y muertas por conductores mientras caminaban aumentó 45 por ciento durante la última década (2010-2019). En contrapartida, la mortalidad de los ocupantes de carros solo creció 3,7 por ciento.
“Los cuatro años más recientes registrados (2016-2019) son los más mortíferos para las muertes de peatones desde 1990. Durante este período de 10 años, los conductores atropellaron y mataron a 53.435 personas”, agregó.
El informe Dangerous By Design 2021 reportó 6.237 fallecidos en 2019, lo cual equivale a más de 17 personas muertas cada día en Estados Unidos a causa de atropellos.
La situación en Florida es dramática, pues lamenta un promedio anual de 2,8 muertes de peatones por cada 100.000 personas, mientras que el país registra 1,6 muertes.
“Continuamos diseñando y operando calles que priorizan el movimiento rápido de vehículos a expensas de la seguridad de todas las personas que los usan. Muchos estados y localidades han pasado los últimos 10 años enfocándose en la aplicación de la ley, realizando campañas de educación ineficaces o culpando a las víctimas de estos choques, mientras que a menudo ignoran el papel del diseño de carreteras en estas muertes”, comentaron sus autores.
Según Smart Growth America y la National Complete Streets Coalition, “el recuento de muertes ha seguido aumentando año tras año. Este aumento de 10 años en las muertes es un fracaso de nuestro gobierno en casi todos los niveles”.
Las tasas de mortalidad son “desproporcionadamente” altas en adultos mayores, personas de color y peatones que caminan en comunidades de bajos ingresos.
Por ejemplo, entre 2010 y 2019 las personas de raza negra murieron atropelladas a una tasa un 82 por ciento más alta que los estadounidenses blancos no hispanos. La disparidad se eleva a 221 por ciento para indígenas estadounidenses y nativos de Alaska.
“Necesitamos urgentemente cambiar la forma en que diseñamos y construimos carreteras para priorizar la seguridad, no la velocidad. De hecho, la obsesión por mantener el tráfico en movimiento y evitar retrasos a toda costa con la esperanza de ahorrar a los conductores solo unos segundos crea los mismos peligros que se destacan en este informe”, comentó la directora de transporte de Smart Growth America, Beth Osborne.
Eso explica por qué no hay cruces peatonales o están demasiado separados, los carriles son demasiado anchos o las intersecciones son difíciles de cruzar a pie, alegó.