Ford Mustang Mach 1: prueba de amor y despedida

Durante 2021, he manejado más autos y motos eléctricas que V8 como los que reinaron en los años 60 y 70… ¿Será una señal inequívoca? ¿Será que me tengo y tenemos que irnos despidiendo de estos coches con motores inmensos y dueños de un carácter que los convierte en objeto de culto, amor y deseo?

Igual da gusto y algo de penita. Pero así se vienen las cosas, la vida… Tampoco es para llorar, pero al menos respetemos ese dejo de nostalgia, que se manifiesta con solo saber que una experiencia como la que viví en los mandos del nuevo Mustang Mach 1 que Ford trajo a Chile, bueno, pues, perfectamente podría ser una suerte de despedida.

Pero con fiesta. Con los acordes de este motorazo de 5,0 litros, con sus ocho “saxofonistas” que ahora elevan la potencia hasta 480 caballos en partitura con una transmisión automática de 10 marchas.

Mientras los primeros dos días lo moví por la ciudad, me fue sorprendiendo lo bien portado que es ahí en la maraña urbana, donde antiguamente un auto de estas características era como una fiera incómoda si acaso no le mostrabas pronto una carretera despejada y ojalá con más rectas que curvas. Hoy, hasta ese acto de virar resulta como otro cualquier vehículo normal.

Pasan las horas y los días y la frase del superjerarca mundial de la marca estadounidense me hace cada vez más sentido: “En Ford hacemos vehículos de trabajo y Mustang”, apuntó el bueno de Jim Farley, una suerte de Clark Kent 2.0.

El ritual supremo lo vivimos en Las Vizcachas, junto a parte del equipo de Altorque: el director Filip Quezada y nuestros asistentes Diego Cares y Diego Lizama. Todos para uno y los cuatro para el Mustang Mach 1.

Incluso el trazado del legendario autódromo pudiese quedarle algo estrecho y ser complejo para un coche musculoso, poderosamente americano. Pero no. El Mustang es un deleite en ciudad y un placerazo en el circuito. He pasado buena parte de mi carrera como periodista del motor en ese asfalto puentealtino y con pocos me he atrevido a superar los 200 km/hora en la recta.

La conversación con el equipo me llevó al recuerdo de una vez que lo hice en los mandos de un BMW M5, cuando la aguja rozó los 211 km/h, o los 205 que registré en el Audi R8… Bueno, con este muchacho estuve a nada de los 200 km/h, y es muy bueno.

Conectividad, detalles, tecnología y modos de manejo para programar asisten a una cita que me llevo en el corazón, pero con la no certeza de saber cuándo algo similar a esta leyenda año 2022 caerá en nuestras manos.

A la gente que tiene la dicha de firmar un cheque por 46 millones de pesos y llevarse este Mach 1 para la casa, les pido, les ruego, les aconsejo con la humildad de alguien que ama todo esto: quédenselo. De verdad. Es una obra de arte, es habitante de un mundo que comienza a hacer las maletas hacia nuevos horizontes.

Y por más de que dentro de 10 o 15 años me digan que el “nuevo Mustang” eléctrico tiene 1.000 caballos de fuerza, estoy seguro que no será lo mismo.  Y mis recuerdos de viejo carburado volarán hasta esa más que tibia tarde de octubre de 2021, donde el Mustang Mach 1 y yo nos regalamos una sensacional jornada con el sello de lo eterno.

Ficha técnica del Ford Mustang Mach 1

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