Una indemnización por US$ 327,5 millones para los distribuidores de vehículos y consumidores estadounidenses anunció la proveedora de componentes automovilísticos Bosch por su vinculación al caso “dieselgate”.
Con el acuerdo, que depende de la ratificación de un tribunal, la empresa alemana busca dejar sin efecto la mayor parte de las demandas civiles abiertas por el trucaje de los motores diésel de Volkswagen, Audi y Porsche.
“Tras examinar cuidadosamente todos los aspectos relevantes, hemos decidido en este caso llegar a un acuerdo. Bosch se encuentra en estos momentos inmersa en el mayor proceso de transformación de la historia de la compañía. Queremos centrar nuestra atención y nuestros recursos en la transición a la movilidad y en otras áreas de actividad”, señaló en un comunicado Volkmar Denner, presidente de la firma.
No obstante, Bosch aclaró que con este desembolso “no reconoce los hechos alegados por los demandantes ni tampoco acepta ninguna responsabilidad”.
El anuncio contempla las unidades Volkswagen y Audi con motores de dos litros de los años 2009 a 2015, así como los Volkswagen, Audi y Porsche de tres litros fabricados entre 2009 y 2016.
De acuerdo a la investigación, Bosch habría colaborado con Volkswagen para disimular la existencia de un software ilegal capaz de falsear las emisiones contaminantes de alrededor de 11 millones de vehículos.