Involucrarse en el uso durante de seis días del Chery Tiggo 7 Pro es hacerlo con uno de los testimonios más macizos de la evolución de una de las marcas chinas que llegaron a Chile como pioneras en la segunda mitad de los 90, casi a la par de Great Wall.
Pro es el apellido que le reporta mayor galanura, tecnología y “detallismo” al catálogo de Chery. Y precisamente el Tiggo 7 Pro fue el encargado de iniciar este viaje hacia mayores expresiones de elegancia, comodidad, confort, equipamiento…
Este SUV para cinco pasajeros es un vehículo familiar que da gusto tener por lo que proyecta, por lo que ofrece y por lo que embelesa a sus dueños.
Tiggo 7 Pro equipa un motor turbo de 1,5 litros con 145 hp y un torque de 230 Nm, que ejecuta su entrega en un amplio rango de revoluciones desde las 1.700 rpm y hasta los 4.000 giros. Viene unido a una caja automática CVT de nueve marchas. Gracias a este tándem, la marca consiguió homologar consumos ideales de 8,9, 11,8 y 14,6 km/l (ciudad, mixto y carretera), pero en nuestra experiencia de uso y manejo por los tres escenarios conseguimos promediar 10,2 km/l.
La respuesta de este bloque es despierta, atlética y los rebases en autopista los asume de un modo que convence, aunque tampoco hay que imaginar algo aplastante, porque no es así.
La buena respuesta de sus frenos, los cuatro o seis airbags de ambas versiones, además de un apartado macizo en seguridad, con cámaras de 360 grados, sensores adelante y atrás, junto a un sistema que prioriza el freno, por si ocurre que cometemos un error en el accionamiento de los pedales, le confieren una contundente aura de auto seguro.
Su aplomo sobre el pavimento y una cabina insonorizada con bastante acierto, convierten cada traslado en una rica experiencia de estilo, espacio y tecnología.
En seguridad, agreguemos, entre lo más destacado: llave codificada, control de tracción y estabilidad, asistente para el arranque en pendientes y descenso, frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS y reparto electrónico, indicadores de no uso del cinturón para las plazas delanteras, monitor de presión de los neumáticos y anclajes IsoFix.
Aunque ambas poseen un apartado generoso, manejamos la versión más equipada, que en el interior transmite calidad de materiales, revestimientos blandos y un techo panorámico acristalado, que contribuye a una gran luminosidad en situación de día.
En conectividad, hay un sistema multimedia de 10,25 pulgadas, soporte para Apple CarPlay y sincronización con sistemas Android mediante app (QDLink), tres puertos USB, Bluetooth y seis altavoces.
Lo contamos en nuestra entrega audiovisual: hace más de cinco años conocí a un alto jefe del diseño mundial de Chery, el afamado James Hope… Aquella vez recorrimos el stand de Chery en el Salón de Beijing y todo lo que me habló sobre el futuro… Hoy lo vemos en este Tiggo 7 Pro. Incluso me dibujó un boceto sobre cómo serían las palancas de transmisión y, por cierto, me dio un acertado adelanto de la palanca que hoy encontramos en el este SUV de 4,5 metros y acertados toques de diseño sofisticado.
Rememoramos aquel momento para cotejar mejor los logros actuales de Chery, y que tienen que ver con decisiones como la de poner a un artista y profesional con el peso de James Hope, al frente de algo tan relevante para una marca de autos, como lo es su diseño.
En ese contexto, el Tiggo 7 Pro acomete seguro con su frontal de gran personalidad y una parrilla que ya va a en camino a otorgar identidad al fabricante, ese momento que solo se consigue con los años y los buenos productos, y que algún día permitirán decir a la gente: “Mira, allá viene un Chery”… Eso lo han conseguido las marcas tradicionales con 50, 60 y hasta más de 100 años de existencia. Eso lo está logrando Chery con mucho menos.
Junto con Haval Jolion y Great Wall H6, este modelo representa un triunvirato en que el origen deja atrás eso de “chino” como señal de inferioridad, para ponerse incluso por encima de otros competidores más tradicionales “no chinos”.