Valiéndose de excrementos sintéticos desarrollados en laboratorio, Ford se prepara para que la carrocería de sus autos enfrente de una mejor manera la indeseable huella de los pájaros, que suele tener serias implicaciones sobre la pintura del auto.
“Estos son aplicados en paneles de prueba como un spray, las piezas de muestra se envejecen a 40, 50 y 60 grados centígrados en un horno para replicar el uso del cliente en temperaturas extremas, llevando la protección contra la corrosión de la pintura al límite”, informó la empresa.
Ford Europa informó que esta es solo una de las muchas pruebas a las que son sometidas las muestras de pintura. “Los paneles también se rocían con ácido fosfórico mezclado con detergente de jabón y polen sintético antes de envejecerlos en hornos a 60 y 80 grados durante 30 minutos. Esto protege contra las partículas presentes en el aire, como el polen y la savia pegajosa de los árboles”, enfatizó.
La pintura de los vehículos del fabricante con sede en Dearborn también es sometida a continuados bombardeos con luz ultravioleta por hasta 6.000 horas (250 días) en un laboratorio de luz, gracias a lo cual se logra simular la exposición por cinco años en el lugar con mayor radiación de la Tierra.
Mediante estos procesos, la compañía logra evaluar los efectos de varios fenómenos, entre ellos la congelación en temperaturas bajo cero, la exposición a la suciedad de las carreteras en invierno en una cámara de sal de alta humedad y las manchas de combustible.
La compañía aconseja a los usuarios que hayan sido víctimas de los excrementos de pájaros simplemente lavarlo regularmente con una esponja y agua tibia que contenga un champú con pH neutro, para así eliminar suave pero inmediatamente las sustancias de aspecto inofensivo.
“Encerar las superficies pintadas una o dos veces al año ayuda a asegurar que los nuevos acabados de pintura puedan resistir mejor los ataques más duros, a la vez que se mantienen brillantes durante más tiempo”, sugirió Ford Europa.