Un masivo recall a 67 millones de infladores de airbags efectuó la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA). El proceso afecta en Estados Unidos a la firma local ARC Automotive Inc, proveedor de General Motors, Stellantis, BMW, Hyundai y Kia, entre otros fabricantes.
De acuerdo con Reuters, la empresa con sede en Tennessee rechazó las aprensiones de la agencia federal. Sin embargo, el organismo dictaminó que las piezas en cuestión representan un “excesivo riesgo de muerte o lesiones”.
Para la NHTSA, los infladores de airbags afectos del recall “proyectan fragmentos de metal en los ocupantes del vehículo”. Para peor, acusa a la firma de no determinar efectivamente las causas del inconveniente.
El primero de los fabricantes en reaccionar fue General Motor, que emitió una alerta de seguridad para alrededor de un millón de vehículos. La empresa de Michigan reportó un incidente ocurrido en marzo de 2023, cuando un conductor resultó con lesiones faciales tras la activación de la bolsa.
Larga investigación culmina con recall a infladores de airbags
Las pesquisas de la NHTSA datan de mediados de 2015, tras enterarse de lesiones en dos personas involucradas en accidentes. Al año siguiente, amplió la investigación a más de ocho millones de infladores de airbags tras la muerte de un conductor de un vehículo Hyundai en Canadá.
ARC descartó las acusaciones, señalando que los siete casos planteados por la agencia no representan los 67 millones de unidades producidas en 18 años. “La compañía dijo que continuará trabajando con la NHTSA y los fabricantes de automóviles para evaluar las rupturas”, indicó Reuters.
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La misma fuente agregó que los infladores de airbags afectados por el masivo recall se produjeron para el mercado estadounidense. En total, 12 fabricantes los equiparon en sus vehículos dichas piezas, 11 millones de las cuales fueron fabricadas bajo licencia por Delphi.
“Ninguno de estos fabricantes ha llegado a la conclusión de que existe un defecto sistémico en esta amplia muestra”, se defendió ARC. Al respecto, NHTSA reconoció que la empresa perfeccionó su línea productiva en enero de 2018, tras lo cual no se reportaron problemas.
