Hace 100 años, Ford introdujo la primera pick-up en Estados Unidos: el modelo Ford TT, modificando para siempre la industria automotriz, y la naturaleza misma del trabajo en sí.
Un siglo más tarde, las camionetas de Ford están entre los vehículos más emblemáticos del mundo. La historia de camionetas Ford es reconocida por el desarrollo de continuas innovaciones. Una larga tradición marcada por el énfasis en rendimiento, seguridad, eficiencia, economía y confort de estos vehículos, siempre escuchando a los consumidores que hacen uso de las camionetas para el trabajo, el día a día y el ocio en todo el mundo.
En 1917, nueve años después del lanzamiento del primer Modelo T, los consumidores querían un vehículo con mayor capacidad de carga para uso en servicio y entregas. El 27 de julio de ese año, Ford respondió con el modelo TT, con el mismo motor y cabina del modelo T, pero con un chasis más pesado capaz de transportar una tonelada de carga útil. El precio de fábrica era de US$600, logrando vender 209 unidades aquel año.
Con el tractor Fordson (lanzado para la agricultura en 1917), Henry Ford imaginó un chasis capaz de acomodar áreas de carga, diferentes implementos suministrados por terceros, y otros complementos, aumentando así la versatilidad para el trabajo. Fue una fórmula de éxito: Ford vendió 1,3 millones de modelos TT hasta 1928, cuando fue sustituido por el modelo AA, el cual contaba con un chasis de 1,5 toneladas.
Henry Ford vendía sus pick-ups principalmente en áreas rurales. “Las camionetas modelo AA, en particular, fueron muy bien aceptadas por esos clientes, que podían usarlas tanto en la granja como para ir a la iglesia el domingo”, destaca Bob Kreipke, historiador de Ford.
Al igual que el modelo TT, el modelo AA se ofrecía sólo como chasis de cabina, en dos longitudes, con motor y eje de mayor capacidad. El segmento se volvió altamente competitivo y Ford reemplazó el modelo AA por el modelo BB en 1933, utilizado en aplicaciones como vehículo de entrega, transporte de animales y ambulancia. Dos años después, Ford introdujo el modelo 50, equipado con su famoso motor V8 Flathead.
En 1947, Ford vendió más de 4 millones de unidades. Debido a la guerra, se cambió el método de producción, por tanto hubo una menor oferta para los consumidores, lo que reflejó una disminución en las ventas. Sin embargo, esto consiguió mayor experiencia en la fabricación de camiones militares pesados y 4×4 para el transporte de personas. Un año después de la reanudación de la producción para los consumidores, en 1947, Ford aprovechó ese conocimiento para ofrecer más innovaciones a los clientes.
“Después de la guerra, muchos estadounidenses de las zonas rurales se mudaron a centros urbanos y suburbanos buscando trabajo, y muchos llevaron sus camionetas Ford con ellos”, comenta Kreipke. Para el historiador “Ford vio esto como una oportunidad y empezó a trabajar en una nueva generación de camionetas en 1948, que se conoció como Serie F “Bonus Built”.
Esta primera generación de la férrea F incluyó desde la F-1 de media tonelada a la camioneta F-8, la cual era mucho más grande. Con la llegada de la Serie F de segunda generación en 1953, Ford aumentó la capacidad y potencia del motor y renombró la línea. La F-1 se ha convertido en F-100 y las camionetas F-2 y F-3 se han integrado en la nueva F-250. F-4 se convirtió en F-350. Las camionetas Clase 8 formaron una nueva unidad de camiones comerciales.
Al pasar el tiempo, las camionetas de Ford empezaron a parecer menos utilitarias, con pintura en dos tonos, transmisión automática y sistemas mejorados de climatización y radio. En 1953, la F-100 introdujo nuevos elementos de serie como apoyabrazos, luces de cabina y para-sol. Con la cabina más baja y más ancha, la nueva camioneta tenía guardabarros delanteros integrados y un diseño más aerodinámico.
En 1957, Ford estrenó una camioneta basada en el automóvil “Falcon Ranchero”. Anunciado como “¡Más que un coche! ¡Más que una camioneta!”.
En 1961 -44 años después del Modelo TT- Ford introdujo la cuarta generación de la Serie F. Más baja y elegante, estrenó la revolucionaria suspensión delantera “twin-Ibeam” de la marca. El paquete Ranger de lujo surgió en 1967, enfatizando el confort y durabilidad, con dirección y frenos hidráulicos y chasis de perfil menor. La versión con cabina extendida SuperCab introducida en 1974 traía asientos más cómodos para uso profesional y familiar.
Con la llegada de la Serie F de sexta generación, en 1975, Ford sustituyó a la popular F-100 por la F-150, con mayor capacidad. En 1977, la Serie F asumió el liderazgo de ventas que, después de 26 millones de camionetas, Ford no perdió más.
“Más que vehículos de trabajo, las camionetas se estaban convirtiendo rápidamente en vehículos familiares universales”, según Kreipke. En vez de arrendar una camioneta para un servicio o remolque, la gente usaba estos vehículos para trabajar y viajar con la familia el fin de semana.
En la actualidad, la F-150 es el auto más vendido en Estados Unidos y la camioneta más vendida de la historia. En Chile, tiene una enorme tradición, con un liderazgo indiscutido en su segmento. En julio de este año, se lanzó el nuevo modelo de la F-150 -New Raptor-, el cual estrenó un motor EcoBoost de 3.5L, que eroga sorprendentes 450HP de potencia y 691 Nm de torque.
Dentro de sus ventajas, es capaz de ofrecer seis modos de conducción, lo que hace que se adapte a distintos caminos y condiciones climáticas. Además, su carrocería fue reforzada con aleación de aluminio de grado militar, que reduce su peso en 200 kilos.
El año pasado, se lanzó Ford Ranger, la cual está equipada con motorización Puma 3.2L Duratora Turbo Diésel, que logra 197 caballos de fuerza, lo que la transforma en la camioneta mediana con mayor potencia del segmento. Además, es más resistente y flexible gracias a su chasis de acero. En cuanto al motor, posee nuevos soportes que absorben las vibraciones; en tanto, su capacidad de vadeo llega a los 800mm.