Los motores a combustión interna también aceleran la diabetes

Los motores a combustión interna también aceleran la diabetes

Tres veces más letales que las enfermedades de transmisión sexual, la tuberculosis y la malaria en conjunto son los efectos en la salud humana del material particulado más fino que emiten los motores a combustión interna.

El dramático cálculo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es todavía más grave luego de que una investigación aplicada en Estados Unidos confirmara la relación entre la contaminación emitida por el escape de los vehículos y la proliferación de la diabetes.

El estudio realizado por especialistas del Centro Clínico Epidemiológico de Saint Louis, en Missouri, concluyó que 14% de los casos de diabetes tipo 2 –la variable más común de este mal- son atribuibles a la contaminación del aire por material particulado (MP) de 2,5 micras.

El diario colombiano El Espectador señaló que el trabajo fue publicado en The Lancet Planetary Health y se basó en la observación de los casos de 1,7 millones de veteranos estadounidenses seguidos durante ocho años y medio.

La pesquisa también consideró varias investigaciones que habían abordado el nexo entre los desórdenes hormonales ligados a la insulina y la contaminación ambiental, además del estudio Global Burden of Disease.

Tras el cruce de datos, los científicos determinaron que solo en 2016 se perdieron en todo el mundo 8,2 millones de años de vida saludables producto de la exposición al aire contaminado y que 150 mil estadounidenses habían desarrollado la diabetes tipo 2 por dicha causa.

La enfermedad, entre cuyas causas también se encuentran el sedentarismo, la mala alimentación y factores genéticos, se detona luego de que las finas partículas -30 veces más pequeñas que un cabello humano- cargadas de metales tóxicos se alojan en los pulmones.

Tras ello, entran al torrente sanguíneo y les causan inflamación a distintos órganos, escenario que se traduce en resistencia a la insulina que el cuerpo genera naturalmente. Según agregó El Espectador, “en ciertos casos, esta resistencia se vuelve tan agresiva que el páncreas del paciente deja de funcionar regularmente, y el paciente es diagnosticado con diabetes tipo 2”.

El estudio advirtió también que los límites de contaminación del aire en el mundo son demasiados altos. Por ejemplo, en Estados Unidos el umbral de polución es de 12 µg/m3 (microgramos por metro cúbico de aire), en tanto que el riesgo de diabetes comienza en alrededor de los 2,4.

Entre las personas expuestas a niveles de entre 5 y 10 µg/m3 de MP2,5, una de cada cinco desarrolló diabetes, mientras que entre quienes se expusieron a umbrales estimados como  “seguros” uno entre cuatro presentó el grave desorden hormonal.