La Thruxton es todo un icono en la historia del motociclismo y por eso fue la primera elegida por el fabricante británico Triumph para el lanzamiento de su exclusiva gama Triumph Factory Custom (TFC).
Además de toda la actitud deportiva de la legendaria café racer, la sports classic fue definida como “el máximo exponente de su segmento, una custom premium de edición limitada con un nivel inédito de prestaciones, tecnología, ingeniería, especificaciones técnicas y acabados”.
La placa ubicada en la tija con el número de serie certifica que cada Thruxton TFC es única. Con una producción restringida a 750 unidades, cada ejemplar está numerado y luce gráficas totalmente exclusivas.
Todos los propietarios también recibirán un paquete especial, con una carta numerada firmada por el CEO del fabricante británico, Nick Bloor, un libro personalizado y un cobertor.
El modelo ha recibido el motor de 1.200 cc de la Bonneville, que entrega una potencia máxima de 107 CV de, es decir, 10 CV más que la Thruxton R, y un torque de 115 Nm desde las 4.850 rpm. Gracias al carenado y las piezas de fibra de carbono, así como los soportes de motor en aluminio, es también cinco kilos más ligera que la versión tradicional.
La banda sonora emana del exclusivo sistema de escape con dos silenciadores Vance & Hines de titanio acabados en fibra de carbono, que exhiben el logo grabado a láser.
La nueva Thruxton TFC presenta una carrocería de fibra de carbón liviana de diseño inédito, que incluye un carenado de una sola pieza. Los detalles adicionales incluyen una tija de aluminio, pantalla tintada, asiento de cuero real con detalles cosidos y tapón del depósito de aceite en aluminio mecanizado.
Entre otros componentes ennegrecidos, se encuentran las llantas de radios anodizadas, los resortes de los amortiguadores traseros a juego con los logos en los depósitos, las tapas de motor en negro y el portapatente.
A modo de complemento, la Thruxton TFC presenta un tono Carbon Black con detalles cepillados en la zona de las rodillas en los laterales del depósito, las cuales están delimitadas por una fina línea dorada pintada a mano. También existen toques dorados en las líneas del carenado frontal, los emblemas, el panel de instrumentos, la llave y cadena.
La unidad mantiene algunos elementos de estilo clave de la Thruxton, tales como el tapón de combustible abatible de aluminio de estilo Monza, el acabado cepillado en los cuerpos de mariposas y la tapa de la admisión, las estriberas de la Daytona R y el basculante de aluminio anodizado.
Entre otras características, equipa horquilla invertida Öhlins NIX30 y amortiguadores traseros Öhlins con depósito independiente piggy back completamente ajustables y frenos Brembo.
Triumph dotó a la Thruxton TFC de tres modos de conducción (Rain, Road and Sport), que ajustan el mapa de inyección y el nivel de intervención del ABS y el control de tracción. Para una mejor visibilidad, un menor consumo de energía y una mayor durabilidad, cuenta con iluminación completa de LED, incluyendo las luces diurnas en el faro delantero de siete pulgadas, los intermitentes y el faro trasero.
El ABS y el control de tracción también son parte del equipamiento de serie. Fueron diseñados para responder solo cuando es necesario y resultar lo menos intrusivos durante la conducción. El embrague asistido antirrebote reduce el esfuerzo sobre la maneta, mientras que la toma de corriente USB ofrece recarga para los dispositivos móviles. El inmovilizador, con el transpondedor incorporado en la llave, también forma parte del equipamiento de serie.
“En los últimos años, la marca ha plasmado su vocación y experiencia en la personalización de muchas motos custom. Ahora, el nuevo concepto TFC demuestra su capacidad de la compañía para crear motos personalizadas de fábrica, con un nivel de prestaciones, diseño, detalles y acabados superior”, destacó el gerente de Triumph Motorcycles Chile, Hugo Norambuena, quien anunció para finales de año la llegada de un ejemplar al país.
El segundo modelo premium es la Rocket TFC, que hoy en día se encuentra en estado conceptual hasta el lanzamiento definitivo de una partida limitada de 750 unidades, programado para el mes de mayo. La legendaria unidad será impulsada por un bloque tricilíndrico totalmente nuevo, siendo el mayor propulsor del mundo en una moto de serie, montado sobre un chasis igual de inédito.
La gama TFC nace de la vocación de la casa con sede en Hinckley (Leicestershire) por la elaboración de motos que ofrezcan a sus clientes el punto de partida ideal para lograr una moto perfectamente personalizada. Prueba de ellos es que 80% de los propietarios de Street Twin han optado por personalizar su moto y la nueva Bonneville Speedmaster cuenta con una gama de más de 130 accesorios específicos.
Esta filosofía de creatividad y personalización dio pie al nacimiento de una nueva generación de propietarios de Triumph que quieren crear su propia custom, pero desean –al mismo tiempo- mantiener el carácter de una moto de altas prestaciones.
Fue en 2014 que los diseñadores e ingenieros de la fábrica, aficionados también a la personalización de motos, decidieron afrontar el desafío de crear su propia visión de lo que debería ser la custom definitiva. Se formaron dos equipos y se diseñaron dos prototipos totalmente funcionales que se fabricaron meticulosamente a mano.
El resultado final fue una Bobber y una Scrambler, conocidas respectivamente como TFC 1 y TFC 2. Ambas hacían gala de innovaciones, líneas y una estética que dejaba claro el potencial de personalización.