Triumph Tiger Sport 660: hasta el solo nombre le suena bien a esta unidad que tenemos para prueba… Un test por la ciudad y autopistas urbanas nos mostró la acertada receta del fabricante inglés. Es una moto de cilindrada media, pero con aptitudes para emocionar desde su aplaudido motor tricilíndrico.
El sonido de este bloque es ronco, de bajos que pegan alto, que invitan a poner oído y también mirada. En su producto más joven y asequible de la familia Tiger, Triumph pide pluma y tinta para sellar una firma muy característica que estampa como ADN dominante en su clásica configuración de tres cilindros. Esta “música” sale de un silenciador de acero inoxidable corto y minimalista en posición lateral inferior.
Así es como la gama Tiger creció hacia cilindradas más “al alcance” de usuarios de todo nivel de manejo. Junto a la reina madre 1200 y sus escoltas 900 y 850, esta 660 habla también del camino que la marca está trazando hacia segmentos de cilindradas más bajas. Todo, gracias a su asociación con la india Bajaj, desde donde ya están saliendo las Triumph de entre 250 y 400 cc.
Pero ahora nos concentraremos en la prueba de esta completísima hermana menor del linaje, la Triumph Tiger Sport 660. Su motor es el mismo del primer y exitoso experimento urbano: la naked Trident, también en el catálogo de Chile.
Destreza de la moto en el tráfico de la ciudad
El asiento cumple con creces en cuanto a practicidad y comodidad, ya que llevar a un pasajero será una tarea sencilla y sin reclamos. Posee una accesible altura de 835 mm para el piloto, mientras que las asas de agarre ergonómicamente optimizadas para el pasajero vienen instaladas de serie.
Este modelo es dúctil, va con destreza cruzando el tráfico de ciudad, ya sea circulando a baja velocidad por atochamientos o mucho tránsito, también hace lo propio cuando estamos detenidos. En suma, quien conduzca se sentirá muy dominador de la máquina y eso refuerza lo seguro que uno se siente en sus mandos.
En el apartado de las suspensiones, en el tren delantero está equipada con una horquilla invertida Showa de 41 mm que permite un recorrido de rueda de 150 mm. La horquilla se complementa con un monoamortiguador Showa en el tren trasero, cuyo muelle de doble velocidad ofrece un rendimiento optimizado tanto para la conducción en solitario como en pareja y con equipaje.
Pantalla TFT, dos modos de conducción que son Road y Rain, un peso de 200 kilos son otras de las credenciales de la Triumph Tiger Sport 660 e la prueba. Su hechura es de los dioses, porque por Dios que es sencilla y rica de llevar, darle órdenes, frenar de modo eficaz, parar, seguir, zigzaguear, y siempre ahí, al dominio de ella.
Sobresaliente prueba a la Triumph Tiger Sport 660
La aceleración en autopista la muestra más que alegre y hasta con notas de ahínco deportivo, cuando decidimos ser más persistentes desde el puño derecho. Vamos por la Costanera Norte hacia el oriente y al tomar una salida, notamos lo bien que responde el freno trasero desde el pie derecho… Todo se hace simple, eficaz y la confianza crece y crece. La pantalla de protección frontal corta con eficacia el viento que podría ir a dar a la zona de nuestro pecho y mentón. Es decir, está ideal para viajes largos.
La moto ofrece la fuerza de par sin tener que estirar mucho la aguja del tacómetro. Ya por las 6.000 vueltas hay un caudal de empuje importante. Es decir, esto favorece el consumo que debe andar como promedio por los 19 km por litro, aunque la marca consiguió homologar 22,2 km por litro en un avance ideal.
Sobresaliente trabajo de la casa inglesa en esta joven Triumph Tiger Sport 660, cuyos detalles de fabricación hablan del minucioso dictamen emanado desde Inglaterra, por más que la moto se fabrique en las ultramodernas plantas de Tailandia.